El contacto con la naturaleza es fundamental para el desarrollo integral de los niños. Hoy en día, con el aumento de la vida urbana y las pantallas, es más importante que nunca fomentar que exploren el mundo natural. Jugar al aire libre en bosques, parques o jardines estimula su curiosidad y creatividad, a la vez que les proporciona múltiples beneficios físicos y emocionales.
Estar en la naturaleza mejora la salud física, promoviendo el ejercicio y fortaleciendo el sistema inmunológico. A nivel cognitivo, agudiza la capacidad de observación, el razonamiento y la resolución de problemas. Emocionalmente, el entorno natural ofrece un espacio de calma, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad. Aprender a respetar el medio ambiente desde pequeños forja en ellos un sentido de responsabilidad y pertenencia. Darles tiempo para explorar la naturaleza libremente es el mejor regalo para su bienestar.
