En el corazón de Mundaiz late algo nuevo. Algo pequeñito, pero inmenso a la vez. Algo que empieza con pasos tambaleantes, miradas curiosas y manos que exploran con asombro todo lo que tocan. Es nuestra nueva sección “Aula 1 Año”, un espacio donde cada gesto, cada objeto y cada rincón ha sido pensado para acompañar con ternura y profesionalidad el inicio del viaje más importante: el de crecer.
Un universo a medida de los más pequeños
Aquí no hablamos solo de un aula. Hablamos de una declaración de principios. Porque creemos que los primeros años no son una simple antesala de la educación, sino el origen de todo: del vínculo, de la confianza, de la autonomía, de la emoción. Y por eso este espacio no es una extensión de lo que ya éramos, sino una semilla que nace con identidad propia.
Imagina un aula donde la luz entra suave, el mobiliario no impone sino acoge, y los materiales invitan, sin urgencias, a tocar, a oler, a descubrir. Todo ha sido creado a la medida de los ritmos lentos, imprevisibles y sabios de la infancia. Aquí no hay prisas, hay presencia.
Educar desde la emoción (y con los pies en el suelo)
El equipo que acompaña esta aventura no solo tiene formación y experiencia. Tiene algo más valioso: mirada sensible, escucha real y una paciencia que abraza. No están para dirigir, sino para estar, para observar, para sostener. Porque sabemos que los aprendizajes que de verdad dejan huella no se imponen, se construyen desde el vínculo.
Y ese vínculo empieza desde el primer día, también con las familias. Porque entendemos que dejar a tu hijo o hija en la escuela por primera vez no es cualquier cosa. Es un salto al vacío lleno de emociones encontradas. Por eso, en Mundaiz, ese salto lo damos juntos. Sin empujar. Sin forzar. Con calma. Con mucha calma.
Lo que no se ve, pero se siente
Puede que desde fuera se vea “una guardería más”. Pero si te asomas, con el corazón abierto, notarás que algo vibra distinto. Que aquí las rutinas no se imponen como horarios cerrados, sino que se tejen con hilos invisibles de sentido y cuidado. Que cada momento –el saludo, la fruta, el pañal, el juego, la siesta– es una oportunidad de encuentro y crecimiento.
Todo lo que se hace en el aula tiene un porqué, pero también un para quién. Porque cada niño importa. Y cada uno, con su forma única de ser, tiene su espacio. Su voz. Su ritmo.
Materiales que no hacen ruido, pero hablan mucho
En las estanterías no encontrarás luces intermitentes ni juguetes que cantan. Encontrarás madera que cruje, telas que acarician, objetos que invitan a mirar de cerca. Porque apostamos por lo natural, lo sensorial, lo que despierta los sentidos sin saturarlos.
Las cestas de los tesoros, los rincones tranquilos, las propuestas de exploración libre… todo está pensado para que cada niño pueda tocar el mundo con sus propias manos, sin filtros ni guiones preestablecidos.
Un vídeo que te lo cuenta sin palabras grandes
Para que puedas sentir un poco de esta magia, hemos preparado el vídeo “Un día en el aula de 1 año”. No es un spot publicitario. Es un retrato honesto y cotidiano de lo que pasa dentro del aula. Verás momentos de juego, de descanso, de comida, de afecto. Verás miradas, gestos, complicidades. Verás a niños siendo niños. Y eso, créenos, lo dice todo.
Una invitación sincera
Si algo de todo esto ha resonado contigo –aunque sea un poquito–, te invitamos a que nos conozcas más de cerca. Puedes ver el vídeo, puedes escribirnos, puedes venir a visitar el aula. Lo importante es que sientas que este espacio existe, y que está aquí para acompañar el inicio de una etapa preciosa.
Porque en Mundaiz creemos que educar desde el primer año de vida no es solo posible, sino profundamente necesario. Y lo hacemos con respeto, con cariño y con esa mezcla de rigor y ternura que convierte lo cotidiano en algo extraordinario.
Te esperamos. Porque cada comienzo importa, y en Mundaiz lo sabemos muy bien.
