
El comedor escolar, a menudo visto únicamente como el lugar donde los niños comen, es en realidad un escenario educativo de gran valor. En el contexto vasco, este espacio trasciende la mera función alimentaria para convertirse en un entorno de convivencia, identidad cultural y desarrollo emocional. Cada comida compartida se convierte en una oportunidad para educar en hábitos saludables, fomentar valores de respeto y reforzar la pertenencia a una comunidad.
En Mundaiz Ikastetxea, esta visión está firmemente implantada: el comedor escolar forma parte de nuestro proyecto educativo integral y se entiende como un aula más, con su propia riqueza pedagógica.
Un aula que enseña sin pizarras
Para los niños de entre 6 y 12 años, la hora del comedor es también un tiempo de aprendizaje. En este espacio se interiorizan normas sociales esenciales como esperar turno, cuidar a los compañeros o participar en conversaciones de forma respetuosa. Son dinámicas cotidianas que potencian habilidades fundamentales como la empatía, la escucha activa o la cooperación, todas ellas necesarias para la vida escolar y personal.
En Mundaiz, fomentamos estas dinámicas a través de una organización clara de turnos, rutinas de autonomía (los niños recogen sus bandejas y ordenan su espacio) y un acompañamiento adulto cercano. Los monitores y monitoras actúan como referentes, no desde la autoridad, sino desde la guía afectiva, reforzando conductas positivas con la palabra amable y el ejemplo.
La cocina vasca como herramienta de identidad
La alimentación es, además, un vehículo cultural. Los menús escolares en Euskadi incluyen platos tradicionales y de temporada, integrando así la identidad culinaria en la vida cotidiana de los más pequeños.
En Mundaiz cuidamos especialmente este aspecto: el comedor ofrece menús equilibrados, con protagonismo de verduras frescas, legumbres, fruta y platos de la tradición vasca adaptados a la infancia. De esta forma, los niños no solo se alimentan de manera saludable, sino que aprenden a valorar los sabores locales y la riqueza cultural de nuestro entorno.
Además, este proyecto se ha reforzado gracias a la colaboración con Ekinfood, iniciativa del Grupo Aibak especializada en restauración colectiva en centros educativos. Junto a ellos, hemos implantado un modelo de comedor que combina salud, sostenibilidad y educación, alineado con los valores de nuestro centro y con el compromiso de ofrecer a nuestros alumnos una alimentación de calidad que también educa en valores.
Valores de convivencia en cada gesto
El comedor es también un espacio donde se cultivan valores esenciales para la convivencia: esperar a que todos estén servidos antes de empezar, ayudar a un compañero, valorar el esfuerzo del personal de cocina. Se trata de pequeñas acciones que, repetidas día a día, dejan huella en la educación emocional y social de los niños.
En Mundaiz, las largas mesas y el ambiente luminoso favorecen la conversación y la cercanía. Los niños aprenden a compartir no sólo comida, sino también emociones y experiencias. Además, el respeto y agradecimiento hacia el personal de cocina se promueven como parte del reconocimiento del esfuerzo colectivo.
El comedor como laboratorio de vida
La hora de la comida en la escuela vasca no es una pausa sin más, sino un tiempo pedagógico de gran impacto. Aquí los niños aprenden a expresarse, a resolver conflictos, a gestionar emociones y a asumir responsabilidades. Se trata de una educación silenciosa, que no siempre aparece en los libros de texto, pero que moldea el carácter y fortalece la comunidad escolar.
En Mundaiz, concebimos el comedor escolar como un laboratorio de vida, un espacio donde cada gesto cotidiano suma al desarrollo integral de la persona. Nutre no solo el cuerpo, sino también la mente, las emociones y la cultura.
✍️ Si quieres conocer más sobre cómo en Mundaiz Ikastetxea llevamos adelante nuestra idea de educación integral en todos los ámbitos de la vida escolar, visita la sección Noticias Mundaiz de nuestra página web